Decía Aristóteles, “que la auténtica sabiduría, no estar en decir aquello que pensamos sino en pensar previamente aquello que vamos a decir.”
Esta frase, te muestra que la meta que uno se propone debe de ser rápida. Cuando deseamos cambiar hábitos, darle relevancia a esa meta conlleva una serie de métodos para poder lograrlo.
Cuando queremos mejorar hábitos. Debemos darle lugar a la meta, pero que no sea más importante que el propio proceso.
De primera instancia nos ponemos esa limitante, creemos que si lo conseguimos en corto tiempo me hará sentir mejor, por lo que en apariencia si me hará lucir bien pero no adecuadamente, y podemos caer en el efecto rebote. Por el contrario, debemos disfrutar el hacer ese cambio. La gran ventaja del humano es su adaptabilidad para poder resolver situaciones y la clave será como lo hacemos.
El tener una reducción de peso a corto plazo, y significativamente hablando, será más difícil mantenerlo, ya que no aprendimos a comer, sino que creamos un déficit energético y comimos lo que necesitamos, pero abandonamos, caemos de nuevo en excesos.
Estaremos preocupados por un número (ya sea calorías o la báscula) pero la transformación será generalizada (Cambiaremos el comer rápido y sin distracciones, aportaremos alimentos de alto valor biológico, que contengan vitaminas y minerales, evitando deficiencias. Optimizando tu rendimiento, mejora en tu estética por qué no, el consumir menos alimentos ultra procesados mejorara tu salud bucal debido a la moderación de azúcares presentes en estos. Los alimentos los elegiremos de manera analítica.
Ojo nuestras emociones influyen en la gran mayoría de nuestras decisiones. Podemos reaccionar de manera positiva o negativa ante un estímulo. Te pongo un ejemplo.
Cuando estamos a dieta, pensamos que quedaremos con hambre, pero en realidad no pasas hambre, el cuerpo intenta adaptarse del exceso y crear un equilibrio. Debemos poner atención en que “ALIMENTOS” consumimos frecuentemente y que sensación nos dan.
(Culpa, Ansiedad, Tristeza, Felicidad) habrá una emoción. Y ahí podemos detectar que relación tenemos con la comida.
Entonces, superemos deseos o antojos de comidas que solo serán dañinas para nuestra salud, peso y metabolismo.
Sostengamos una buena alimentación por mayor tiempo, la incorporación de alimentos ricos en fibra mejorara nuestra digestión aprovechando las vitaminas y minerales que nos aporta si no eres de los que consume mucho de estos grupos (verdura y fruta) puedes empezar por comenzar por ellos en las comidas (puedes usarlos en batidos, pero ojo no siempre) ya que serán menos aprovechados y serán menores las cantidades. Óptalos en preparaciones como ensaladas, guarniciones o sopas. Si son frutas (prefiere las de índice glucémico bajo / no tan dulces) y respeta las porciones.
No caigas en el picoteo, ya que tu alimentación está siendo poco saludable.
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